Hace unos días nos movimos distinto. Feel the Flow fue el nombre de este primer retiro que co-creamos junto a La Veranera Experience, un espacio para reconectar desde el movimiento consciente, la pausa y la introspección.
Durante tres días, exploramos nuevas formas de habitar el cuerpo, la mente y las emociones. Nos guiaron prácticas poderosas como el Vinyasa con Stacey Mathews, meditación activa e interpretación de sueños con Michelle Harb, y un estatic dance bajo el cielo estrellado que nos dejó flotando de energía.
“Me impresiona y emociona sentir la apertura y conexión de cada uno de los asistentes. Fue muy conmovedor ver cómo todos conectamos desde un lugar vulnerable y sincero. Atmos no solo confió en nosotros para crear algo único, sino que se abrió a ofrecer algo realmente profundo y transformador a cada uno.” Cristina Vera - Founder de La Veranera Experience
El mar como punto de partida
Desde el primer día, el sonido del mar acompañó cada respiración. Las sesiones de Vinyasa al amanecer se convertían en un ritual de bienvenida al día. Las olas, el viento y el calor del sol marcaban el ritmo. Ninguna prisa. Solo el cuerpo fluyendo.
Cada práctica fue una invitación a habitar el presente: liberar la mente, soltar la tensión, dejar que la energía encontrara su propio equilibrio.
Movernos también es pausar
Más allá de la práctica física, el retiro nos llevó hacia otros niveles de movimiento: el emocional, el mental, el interno.
Talleres de gestión emocional para aprender a reconocer lo que sentimos y crear espacio para lo que necesitamos. Journaling de sueños y agradecimientos que nos invitaron a escribir desde el presente, conectando lo que somos y lo que buscamos. Sesiones de grounding y meditación para anclarnos al ahora. Ecstatic dance al atardecer, donde el movimiento se volvió libertad pura, sin juicio ni forma.
Comunidad en movimiento
Entre cada respiración y cada actividad, el grupo fue encontrando un ritmo colectivo. Desconectar de la rutina para reconectar con otros. Compartir miradas, silencios, risas y aprendizajes, en un entorno natural que amplificó la experiencia.
No importaba si era durante el ocean dip, los sunsets en la playa o el desayuno después de cada práctica. Lo importante fue estar. Presentes. Juntos.